miércoles, 3 de mayo de 2017

Monet: Jugadores e cartas




1. Descripción de los elementos que se observan en la obra atendiendo a un vocabulario específico (materiales, técnicas, composición y organización, etc.).

Óleo sobre lienzo. Representa a dos figuras masculinas jugando a las cartas, alrededor de una mesa sobre la que apoyan los codos. La escena ha sido abordada de un modo distinto del habitual. Situados frente a frente están concentrados observando sus propias cartas en actitud sosegada.

Se presentan tocados con sendos sombreros típicos de las clases sociales humildes de la
Provenza (región francesa de donde procede el autor). El hombre de la derecha viste una
chaqueta de tonalidades grises amarillentas que tiene su continuidad en el pantalón de su compañero, vestido éste con una chaqueta de tonalidades malvas que se mezclan con diversos colores. La gran masa cilíndrica del jugador de la pipa se ve entera y detrás tiene el vacío; la masa más suelta y luminosa del otro jugador está cortada por el borde del cuadro.

El espectador se convierte en uno de los frecuentes observadores que contemplan estas partidas en las tabernas, al situarnos en un plano cercano a la escena y no hacer apenas referencias espaciales. Una alta botella nos da paso hacia la cristalera del fondo, por la que se intuye un abocetado paisaje.

El reflejo blanco de la botella es el eje del cuadro, que no coincide en la mitad exacta, de tal manera que la composición es ligeramente asimétrica. El ambiente de taberna casi ha desaparecido, reduciéndose a la mesa en la que apoyan sus brazos los jugadores.
La escena está iluminada por luz artificial, cuyos reflejos se aprecian en el mantel de la mesa, la botella y la pipa. Es el color el que la produce. “La luz no es una cosa que pueda reproducirse, sino algo que puede representarse con colores”.

El protagonista del lienzo es el color que inunda todos los rincones de la tela. El fondo se obtiene gracias a una mezcla de tonos aunque abunden los rojizos, en sintonía con la mesa y el mantel.

El color azul tiene para él la propiedad de dar al espacio profundidad y altura, de “hacer sentir el aire”, como el mismo pintor dice. Con el color intenta destacar el relieve, modelando, no con claroscuros, sino mediante los contrastes de tonos cálidos y fríos. Realiza los contornos con trazos violetas, rechazando el negro. La aplicación del color se realiza a base de fluidas pinceladas que expresan volumen.

2. Lenguaje estilístico al que puede adscribirse la obra.
Cézanne se forma con los impresionistas pero pronto inicia un camino que le lleva a la
reconstrucción de las formas, de las líneas y los volúmenes, a la vez que conjuga la búsqueda de la belleza: el posimpresionismo.
París constituye el marco en el que se mueven estos artistas. Reúne a una serie de pintores que se forman en el impresionismo, pero superan sus investigaciones y contribuyen a importantes avances en el arte del S.XX. Se convierte en una revisión de las ideas impresionistas.


Reaccionan contra el abandono de la forma y del volumen que el impresionismo había
practicado y quieren recuperar el dibujo aunque sin renunciar al color. Quieren captar no solamente la luz sino también la expresividad de las cosas y personas iluminadas: buscan el análisis de aquello sobre lo que la luz incide.
También se relacionan con otros artistas, poetas, literatos, músicos, que enriquecen sus
experiencias. París era un bullicio centrado en los cabarets de Montmartre que llenaban de animación, color y luces de la vida nocturna.

3. Cronología del periodo estilístico abordado.
Fue pintado entre 1889 y 1892. Es un periodo en que Cézanne fue invitado a exponer con el grupo Les XX en Bruselas y, más tarde, celebró su primera exposición en París.
La obra corresponde con el estilo posimpresionista, que se extiende entre 1880 y 1905
aproximadamente, coincidiendo con la última exposición impresionista y la exposición de las Señoritas de Avignón, que marca el camino al cubismo.

4. Función y posible significado que encierra la obra analizada.
Se desconocen las razones por las que Cézanne pintó la serie de los jugadores de cartas; aunque no busca mostrar una imagen de la vida cotidiana sino experimentar sobre cuestiones relacionadas con la forma y el color, sus obsesiones pictóricas que se convertirán en vitales.

Durante la década de 1890 pintó una serie de cuadros con la temática de los jugadores de cartas, siendo este lienzo que contemplamos el más famoso de la serie.
Cuando el artista mostró este trabajo en una sociedad local de pintores aficionados, fue recibida con incomprensión por parte de todos, excepto el joven poeta Joachim Gasquet. Cézanne firmó la pintura y se la regaló en agradecimiento. Dos años después de la muerte de Cézanne en 1906, Gasquet lo vendió por la sorprendente suma de 12.000 francos.

5. Antecedentes y consecuentes de la obra de arte que se está analizando.
Puede decirse que Cézanne crea el puente entre el impresionismo del XIX y el nuevo estilo de principios del siglo XX, el cubismo.

Cézanne seguramente había visto en el museo de Aix-en-Provence, su ciudad natal, Los
jugadores de naipes atribuido a los hermanos Le Nain. También ha sido un tema plasmado por Caravaggio. Durante muchos años la obra de Cézanne sólo fue conocida por sus antiguos colegas impresionistas y por unos cuantos artistas jóvenes radicales de la línea del postimpresionismo, entre los que se incluían Vincent van Gogh y Paul Gauguin. Esta generación posterior aceptó prácticamente todas las rarezas de Cézanne.

Fueron las exploraciones de Cézanne de simplificación geométrica y fenómenos ópticos los que inspiraron a Picasso, Braque, Gris, y otros para experimentar con múltiples visiones aún más complejas del mismo tema, y, con el tiempo, a la fractura de la forma. Hay una frase, atribuida tanto Matisse como a Picasso, según la cual “Cézanne es el padre de todos nosotros”. Matisse admiraba su utilización del color y Picasso desarrolló la estructura de la composición plana de Cézanne para crear el estilo cubista.


6. Localización y contexto histórico.
Actualmente la obra se encuentra en el Museo d´Orsay (Paris).
Respecto al contexto histórico, a partir de 1870, las relaciones entre los países europeos, a pesar de la falsa apariencia de paz, se tornaron cada vez más tensas. Se realizaron una serie de alianzas entre los distintos Estados que sólo sirvieron para complicar aún más el panorama internacional.

Se intensifica el imperialismo de Europa sobre el Pacífico, Asia y especialmente África;
anexionando territorios y formando colonias. Esta expansión fue consecuencia de la búsqueda fuera de Europa de mercados y materias primas para la revolución industrial.
Los conflictos producirán desembocarán en la Primera Guerra Mundial en 1914.

7. Identificación de la obra y del autor, si procede.
Se trata de los “Jugadores de cartas”, Realizado por el pintor francés Paul Cézanne.
La comenzó estando en Suiza y la acabó en Aix-en-Provence. Esta obra pertenece a la época de madurez en la que Cézanne produce sus principales lienzos. Sobre el mismo tema de la partida de cartas, pintó cinco cuadros diferentes, entre 1890 y 1896, de los cuales éste es el más sobrio.

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