sábado, 24 de septiembre de 2016

Fidias (470-430 a.C.)

















Bronces de Riace (460/430 a.C.)



















El discóbolo de Mirón (460-450 a.C.)










Poseidón del cabo Artemision (460 a.C.)









Los tiranicidas (476 a.C.)



Entre el estilo arcaico de Kuros y Kores y los grandes del primer clasicismo (Fidias, Policleto o Mirón), existe un periodo de transición que se ha venido denominando estilo severo.
Se trata de una época de transición en donde se rompe con las características anteriores (hieratismo, frontalidad, geometrización...) y comienzan a ensayarse lo que será el clasicismo.
Entre las obras más interesantes del periodo se encuentra este grupo llamado de los Tiranicidas.
El tema que representa es cívico (Harmodio y Aristogitón asesinan al tirano Hipias, convirtiéndose en un símbolo de libertad ciudadana). Su autor, Kritias, esculpe este conjunto escultórico para la ciudad de Atenas justo tras la victoria de Maratón. El objetivo era sustituir a otra anterior, robada por los persas.
Estilísticamente nos encontramos, como ya hemos dicho, en un periodo de transición en donde encontraremos aún rasgos arcaicos (falta de expresión, un cierto envaramiento de la musculatura, geometría del pelo, organización simétrica del grupo...)
Sin embargo, presenta varias novedades con respecto a las anteriores esculturas.

Es evidente el interés del autor por dotar de movilidad (que nos lleve más allá de lo físico y nos implique en el tema), con atrevidos escorzos frontales y una apertura inaudita de las piernas.
Junto a ello hay un interés por una visión ya al menos dúplice (lateral y frontal, como aparece en las imágenes) que nos permita contemplar uno de los grandes esfuerzos de la escultura: la división ya no homogénea de pesos que lanza las esculturas hacia el frente (ayudada por las diagonales de sus brazos y no por sus troncos que, un  tanto incongruentemente, quedan totalmente en vertical)
Además de estos intentos por abrir y animar el bloque, existe también la voluntad de un mayor naturalismo en la musculatura, que lentamente está perdiendo su geometría y linealidad para crear superficies en verdadero relieve

Todas estas ideas las desarrollará de forma extraordinaria, uno de los discípulos de Kritias: Mirón, el autor del famoso Discóbolo.




El auriga de Delfos (2)





 
El llamado periodo severo corresponde a la primera mitad  del siglo V a. C.

Históricamente corresponde al periodo posterior a las Guerras Médicas en el que se unen la destrucción de los santuarios y monumentos arcaicos y una fase de optimismo social y económico.


En este proceso la escultura evoluciona a formas más naturalistas que las que hemos visto en época arcaica (aunque sin perder nunca la idealización).
El auriga que hoy conservamos formaba pare de un monumento mucho más amplio que incluía carro, caballos y un esclavo del que se han recuperado fragmentos, suponiéndose que podría ser así.













La presencia del carro eliminaría la desproporción que observamos hoy en la escultura, con una piernas excesivamente alargadas que en su origen no se verían y que le servirían a la escultura para destacar sobre el conjunto (de la misma manera, apenas serían visibles gran parte de los pliegues de la parte inferior, tratados con menor interés).

La escultura estaría dedicada al tirano Polyzelos de Gela en la carrera de cuadrigas de los Juegos Píticos (celebrados en honor de Apolo en Delfos)


Técnicamente es uno de los pocos originales en bronce que conocemos del periodo griego (un material mucho más abundante que el mármol),fundido en piezas que luego se ensamblaban y policromaban en parte.


Las novedades que aporta la obra son varias.
Por una parte encontramos un interés por romper la estricta simetría de los pliegues (sobre todo en la zona de los hombros)

 
También se intenta un tosco contraposto rompiendo la frontalidad estricta al girar la parte superior del cuerpo frente a la inferior (fijaros en los pies)


Lo más logrado de toda la escultura es el rostro (con postizos en pestañas y ojos y restos de policromía). Su modelado es suave y delicado aunque el pelo aún apenas se encuentra desarrollado



jueves, 22 de septiembre de 2016

El auriga de Delfos (474 a.C.)


Kurós de Anavysos





Tema. Escultura funeraria de un joven guerrero llamado Creso («Detente y llora ante la tumba del fallecido Creso, a quien el furioso Ares destruyó un día luchando en las filas más avanzadas», dice su base

Tipología. Escultura individual de bulto redondo que coronaría una tumba
Material. Piedra tallada y posiblemente en su origen policromada. No se aprecian postizos.
Composición. La figura se organiza de forma simétrica en torno al eje vertical, siendo de bloque cerrado (miembros pegados al cuerpo) y fuerte frontalidad (realizada para ser vista desde el frente)
Modelado. Nos encontramos con una escultura que, pese a ciertos convencionalismos geométricos (véase cómo se realiza el pelo, rodilla o las orejas), poco a poco está consiguiendo un mayor realismo, suavizando las formas geométricas rotundas por medio de un trabajo más suave en la talla que difumina las sombras
Figura. Se nos muestra hierática (sin expresión ni movimiento), con típicos rasgos de arcaísmo como la sonrisa arcaica o los ojos almendrados.
Su anatomía resulta bastante correcta en cuanto a proporciones y relaciones entre las partes, con un canon un tanto musculoso


Kurós


Korés